martes, 3 de septiembre de 2019

¿Para qué vuelvo acá? No sé por qué me sigo engañando, si ya sé que es por mera nostalgia. Ganas de aprovechar el tiempo que yo misma desaproveché. Pero bueno, supongo que los errores son humanos y darnos cuenta es el empujón a la corrección.

Ahora estoy trabajando. Me siento un poco rara usando este tiempo para esto, pero creo que lo necesito. Ya no quiero tipear y llorar. Ya no lloro lo que lloraba. Las lagrimas las dejo para lo real, para los momentos en los que estoy siendo escuchada. Acá no se me escucha (o lee, en todo caso). Este lugar era mi santuario de descarga, o por lo menos lo veía así. Hoy tengo cosas que descargar, pero creo que las veo desde otra perspectiva. No me siento la misma persona. Siento que hay algo que me trajo a la realidad.

Sí, sigo lamentandome por algunas cosas. Así funciona, pero se usa para crecer. Hoy elijo nutrirme de lo pasado y evitar cosas malas en mi presente. Tengo la cabeza en muchas cosas, más responsabilidades que cumplir. No está mal, me animo a decir que a veces lo disfruto. La independencia economica se siente bien. Creo que cada vez hay menos cosas que resolver en mi vida.

Tengo un ejemplo muy claro y concreto a seguir, sin contar de que es quien mas me ayuda. De eso estoy completamente agradecida. Tengo mucho que aprender de y tengo un viaje intrínseco a cumplir. Sin mi propio ser comprendido, no puedo seguir. Puedo elegir. Puedo expresarme y darme a conocer, puedo ayudar y puedo ser también el ejemplo a seguir de alguien más. Quizás. Eso ya no es mi tema.

Esto no tiene mucho que ver, no sigue un hilo, tampoco pretendo que sea entendible para todo el mundo. Esto es algo para mí, algo que me debía. Algo que necesitaba para poder cumplir con mis propias necesidades. Algo que dejarle a la Carla de dentro de unos años. Quién sabe cómo y en qué condiciones lo va a leer. Es intrigante, ¿no?

En fin, no creo deberme nada más. Lo restante tiene receptor.

Gracias.

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