viernes, 19 de junio de 2015

Revisó un bolsillo de su mochila. Encontró una caja maltrecha de cigarrillos con uno todavía sin consumir. Se abrigó. Salió al patio de atrás y lo prendió. "...ojalá no se acabe nunca", pensó sobre el cigarrillo. Hacía semanas no fumaba. Quebró ese orden sin haberlo planeado.

Cuando el calor empezó a quemar el filtro, lo apagó contra una pared y tiró la colilla al techo de la casa de al lado. Siempre lo hacía. Caminó unos pocos metros y entró de nuevo. Dejó el abrigo sobre una silla de la cocina. Agarró algunas cosas que necesitaba y entró a bañarse. En la ducha, sentía el gusto a tabaco que tenía aún en la boca y sentía el calor del vapor. Después no sentía nada más. Creía que era un ser más.

Reflexionó. Ese era el ambiente perfecto para hacerlo. Y lo hizo.

Ella no podía juzgan a alguien por algo que pasó antes de aparecer en la vida de alguien. Ni tampoco la podían juzgar a ella. A pesar de que no le gusten las cosas, eran así. Ya habían sido concretadas. Y eso la hacía no sentir no más que el gusto a tabaco y el vapor cálido. Se sentía algo aparte. No sabía bien cómo debía sentirse.

No se creía capaz. Otra había logrado antes algo que ella quería lograr en ese presente. Y estaba segura de que era mucho mejor de lo que ella podría dar. Reflexionó. ¡Eso ya había pasado! Y no iba a poder con eso. Entendió que todes tienen experiencias personales antes de x cosa (¿o persona?). Y es algo positivo. Comprendió que no debía sentenciar sólo porque el pasado no le resultaba grato. No, no era la primera en nada. Pero podía ser la última. Aún hay esperanzas. Sólo tenía que dar lo mejor que podía de sí. Difícil, pero podía.

Hoy aprendió que respetar las experiencias personales está bien, y que el presente es su tiempo. Y tiene que aprovecharlo.

martes, 9 de junio de 2015

Ayer mamá trajo limones y pensé en hacer Lemon Pie.
Pero hace frío.
Hace frío para hacer Lemon Pie.
Hace frío para quedarme sola.
Momento.
No estoy sola. Me están ocupando la casa un día que debería estar sola.
Y estoy mal. Quiero estar mal sola.
Mentira.
Quiero estar mal pero acompañada por vos.
Vos me vas a hacer sentir mal, pero después me vas a abrazar.
O eso creo.
Me muero si después no me abrazás, ¿sabías?
Parezco fuerte, pero soy más débil que un bebé.
¿Querés que me muera? ¿Querés que me quede sin vos?
¿Vos querés quedarte sin mi?
¿Por qué pregunto tanto como vos?
¿Será porque ya me mimeticé con vos? ¿Ya somos (casi) unx?
Si ya lo somos, por favor, no me dejes al cincuenta por ciento.
Vos me completás al cien. Vos y no otrx.
Vos conectás conmigo.
Vos encajás en mí.
Vos.
No quiero a nadie más.
No quiero a quienes ocupan mi casa este día que debería estar sola.
No quiero al frío que hace.
No quiero al Lemon Pie.

miércoles, 3 de junio de 2015

El Sol te pega de perfil.
La ventanilla abierta te vuela el pelo.
Te lo acomodás para poder ver.
Me ves a mi.
Sonreís.
¡Qué linda te queda la luz del Sol sobre vos!
En mi cabeza, ya pensé cinco maneras de sacarle fotos a ese instante.
Igual nunca me dejás.
Pero lo atesoro en mi memoria. 
Sos lo que buscaba.
Sos lo que me hacía falta.
Sos la felicidad.
Sos un Sábado a la tarde de Primavera acostadxs en el pasto.
Sos tranquilidad, paz y cariño.
Sos mi almohadón preferido.
Sos el calor de los Inviernos.
Sos vida.
Sos el disco que nunca dejaría de escuchar. 
Sos el amor hacia mí personificado.
Ay.
Me volví a enamorar de vos.
Quiero que seas mi novio.
Quiero peinarte, despeinarte y volverte a peinar.
Me pasan un montón de sensaciones y cosquillas.
Te prefiero.
Me quedo con todo lo que hacés por mí.
Me quedo con vos.
Solamente con vos.
Y con Ringo (si se mete entre nosotrxs).